En nuestra conversación nos brindó un panorama sobre el impacto y los efectos de la regulación de niveles máximos de cadmio de la Unión Europea (UE 488/2014).
¿Cuál es el panorama actual?
En Perú hay 16 regiones productoras de cacao. De ellas, en la zona norte hemos determinado que está el mayor problema de contaminación por cadmio. Son más de 100 mil familias que están involucradas en todo este proceso de producción, principalmente, son pequeños productores provenientes de la agricultura familiar.
Son cerca de 180 mil hectáreas con una producción de 160 mil toneladas que producen los 16 departamentos de Perú y generan más de 300 millones en exportaciones, de acuerdo a cifras presentadas por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, en el 2021.
El sector cacaotero peruano cada vez ha ido incrementando sus áreas. Hay bastantes acciones de cooperación que facilitan la formulación de planes para el desarrollo de este cultivo, incluso, en zonas de selva y sierra donde se realiza el proceso de reconversión de cultivos ilícitos por cacao.
A partir de la aprobación de la regulación, ¿cuál ha sido la experiencia en Perú?
Antes de la entrada en vigencia de la regulación de la Unión Europea, se pensaba que todo el país tenía problemas de cadmio. Todos los productores sufrieron ese golpe, pero ya con el estudio que desarrollamos entre INIA, SENASA y la Alianza Bioversity (Estudio sobre la prevención y mitigación de la acumulación de cadmio en cacao mediante un mejor uso de la diversidad genética, inoculación de micorrizas y manejo del suelo) pudimos determinar que las principales zonas donde había mayor contenido de cadmio era la zona norte, principalmente, Tumbes y Piura.
Sin embargo, es importante resaltar que en esta zona norte del país se produce uno de los mejores cacaos de calidad del país: el cacao blanco.
Vale la pena mencionar que la Cooperativa Agraria Norandino (Organización de pequeños productores), a nivel nacional, es la única empresa que procesa el cacao porque en la mayoría de las zonas lo envían a Europa en grano.
Por otro lado, con la entrada en vigencia de la regulación europea se ha logrado la apertura de nuevos mercados, entre ellos el mercado asiático con gran aceptación de nuestro cacao.
¿Cómo brindarles una mano a quienes tienen el reto del cadmio?
Antes de la entrada en vigencia del reglamento, cada autoridad y ministerio, hacía su trabajo por su cuenta; es allí, donde nos unimos como país y con la participación de diferentes entidades logramos tener una guía hacia dónde seguir y contar con una sinergia que nos permitirá avanzar. Participamos en distintos espacios a nivel internacional como OMC, Codex Alimentarius, entre otros.
Hemos socializado en diferentes regiones, en mesas técnicas para dar respaldo con investigaciones y seguimos perfeccionando un documento de investigación para determinar, cuál es el mejor paso a seguir para la zona norte. Esperamos poder brindarles mayores soluciones a los productores.
¿Ha sido un aprendizaje constante?
Completamente. Desde lo que ha sucedido con el cacao y los aprendizajes que ha dejado para sumarlos a otras apuestas como el cultivo de palto, espárragos, entre otros cultivos. Queremos prever acciones eficaces con el tiempo.
En el Perú hemos desarrollado un manual de buenas prácticas agrícolas para el cacao con énfasis en cadmio. Espero que pronto salga y permita hacer recomendaciones para que puedan mejorar su sistema productivo.
Así mismo, a nivel del Codex Alimentarius hemos liderado un Grupo de trabajo electrónico que ha permitido desarrollar un “Código de Practica para la prevención y reducción de la contaminación por cadmio en el Cacao y productos del cacao”, el mismo que se estará presentando en la reunión del Codex Alimentarius (CAC45).
¿Qué recomendaciones y mensaje quisieran darles a los productores de cacao en Perú?
El sector cacaotero en nuestro país, es de gran importancia, más aún que a nivel internacional es reconocido como país exportador de cacao fino de aroma, es por ello que a través nuestra institución seguiremos contribuyendo con los trabajos que se vienen realizando a fin de obtener mejores prácticas que permitan ayudar a los pequeños productores a reducir la contaminación por cadmio en el cacao.