Hablamos con Carmen Rosa Chávez, especialista de la Dirección General de Desarrollo Agrícola y Agroecología del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), de Perú, sobre la importancia y el impacto que podría tener el proyecto Clima Loca en los cacaoteros de la región, especialmente, con los pequeños productores de su país.
¿Cuál considera es la importancia del proyecto Clima Loca para los tres países priorizados?
La importancia del Proyecto Clima Loca radica en que permitirá identificar en los tres países los avances realizados y poder intercambiar y sistematizar los resultados y lecciones aprendidas en cada país, teniendo en cuenta su propia problemática y, por ende, sus características definiendo sus propias intervenciones.
Colombia, Ecuador y Perú tienen en común que son ricos en producir cacao fino aroma. ¿Cuál es el potencial de la región en el mercado europeo?
El potencial de Latinoamérica de producir cacao fino radica en su gran y amplia diversidad genética y que está estrechamente relacionada con el perfil de sabores únicos en el mundo, lo que permite obtener una gama de productos diferenciados y mercados segmentados: aunado ello al manejo de cacao con bosque, agroforestería, historias bien contadas y su bioeconomía en la cadena.
¿Cuál es la importancia para un proyecto como Clima Loca tener trabajando conjuntamente a los sectores públicos y privados, los gobiernos, las universidades y los diferentes actores de la cadena del cacao?
Su importancia radica en fortalecer una gobernanza entre todos los actores de la cadena, contar con directrices, definir el alcance, agendas, principios y sus posibles debilidades dentro de un contexto globalizador que hoy toda economía está viviendo, es decir, cumplir deberes y derechos con alianzas entre los actores para lograr objetivos comunes con una visión de país.
¿Cómo ve al equipo de trabajo de Clima Loca, un equipo multidisciplinario y que trabaja desde Bélgica, Francia, Países Bajos y los tres países del estudio?
En el caso de Perú, existe una institucionalidad en la cadena que trabaja de manera articulada y coordinada, pero que requiere una mayor integración con los niveles de gobierno regional y local; así como un alineamiento de actividades con las entidades de cooperación.
Ahora se están retomando las coordinaciones debido a que éstas se limitaron a reuniones virtuales durante la pandemia. La gestión del conocimiento es importante desde el campo, de abajo hacia arriba. El conocimiento de los productores es clave para entender y conocer la realidad y definir intervenciones estratégicas diferenciadas en el proyecto Clima Loca.
¿Por qué el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Perú le apuesta al proyecto Clima Loca?
Le apostamos al proyecto porque la innovación es parte de su política pública para profundizar las fortalezas a través de la diferenciación en la calidad, el desarrollo de una variedad de atributos de origen (como la variedad genética de la Amazonía al ser un centro de origen de esta especie) y potenciar los atributos sociales como el cacao cultivado por pueblos indígenas. Asimismo, lo vemos como una oportunidad de desarrollo para las mujeres y jóvenes rurales, con sistemas agroforestales en paisajes productivos, con diversificación productiva, generadores de servicios ecosistémicos que contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático y a que nuestros agricultores reciban ingresos dignos.
¿Cuáles considera que son los mayores retos que presenta el proyecto para alcanzar su objetivo de fomentar innovaciones bajas en cadmio y relevantes para el clima?
El reto principal es ofrecer un paquete tecnológico que pueda asumir el productor, es decir que no afecte su rentabilidad. Por ejemplo, obtener variedades que reúnan requisitos de buena calidad, buena sanidad, buena productividad, resilientes al cambio climático y que no absorban metales pesados.
También es importante incidir más en las buenas prácticas agrícolas y ambientales que cobran vital relevancia en la calidad y en la inocuidad del cacao y la aceptación en el mercado.